Se propone un sistema de organización espacial de las unidades de viviendas adaptable y flexible que permite responder a los requerimientos urbanos y normativos de la parcela situada en la Rosilla. Cada edificio responde de manera singular y específica a sus condiciones de contorno y orientación.

Así, en la parcela los edificios se sitúan adyacentes al futuro parque en la zona sur y se alejan todo lo posible las zonas de ruido provenientes del norte tanto por el tráfico rodado como por la industria. Por otro lado, orientan sus zonas de día al sur de manera directa, mientras que sus accesos y las zonas de cocina se orientan al norte.

Las piezas se organizan en dos escalas alternas, una agota la altura máxima de ocho plantas y otra cuentan con cinco plantas. Su colocación ortogonal permite una heterogeneidad en la percepción desde la vía pública y una clara discontinuidad en los planos de fachadas.

El acceso peatonal se produce desde el espacio intermedio entre los edificios y permite la necesaria privacidad de las viviendas situadas en planta baja por su cota y la creación de espacios de relación en los portales de acceso.

De este modo se crean unas zonas comunes que albergan los accesos y genera una zona de respecto entre los edificios y las calles de circulaciones rodada. Por otro lado, los elementos verticales que puntúan el conjunto se giran y buscan optimizar el área de movimiento organizando un conjunto de referencias urbanas que se enfrentan a zonas libre o calles exteriores al ámbito.