105 VIVIENDAS SOCIALES PARA GENTE MAYOR, CAP Y CASAL EN LAS GLORIAS, BARCELONA

Edificio

El edificio consta de 105 viviendas que se distribuyen en tres bloques dispuestos en forma de abanico sobre un basamento de dos alturas que contiene un centro de salud y un casal de barrio.

Al superponer dos estrategias distintas de forma urbana, el proyecto es capaz de responder a la complejidad del entorno. Por un lado, el zócalo continuo del edificio reconoce la trama del Ensanche, apoyándose en sus alineaciones. Y por otro, los volúmenes de las viviendas dan continuidad a la secuencia de bloques aislados vecinos que responden a la Diagonal. Ambas geometrías se articulan en el chaflán, reforzando en este punto la identidad de la trama Cerdá. El esponjamiento entre las piezas es el necesario para que el espacio público se filtre entre los edificios y el suficiente para mantener la unidad global. El resultado es un conjunto que a pesar de su doméstica altura es capaz de dialogar con los altos edificios vecinos, incorporándose a una pieza urbana de escala mayor y fuerte identidad, integrada en el contexto —el Distrito 22@ de Barcelona— y capaz de convivir con el icónico protagonismo de la torre Agbar.

Vivienda y accesibilidad

Cada bloque dispone de 7 u 8 viviendas por rellano distribuidas mediante un corredor central que se ilumina y amplía en sus extremos para albergar el núcleo vertical situado a norte y un balcón comunitario con vistas orientado a sur. La investigación tipológica se orienta a fomentar nuevos modos de habitar para las personas mayores. La tipología de alquiler para gente mayor de 40 metros cuadrados se organiza mediante un núcleo central de espacio servidor que segrega un ámbito más privado para la ducha y el WC; mientras un espacio intermedio donde está el lavamanos y la lavadora se incorpora a una secuencia espacial en la que la cocina, la habitación y la sala de estar se leen como un espacio continuo y flexible, conectados por una doble circulación. A través de puertas correderas de gran formato los espacios se conectan o separan de manera que cada espacio siempre tiene la posibilidad de sumarse visualmente a los vecinos. Si están todas abiertas, el espacio fluye alrededor del núcleo. Así, las puertas transforman los límites del espacio. La capacidad de cambiar y el hecho de descubrir el espacio a medida que se recorre permite al usuario percibir el espacio mayor de lo que objetivamente es.

La terraza, provista de un espacio ventilado para tender o como almacenaje, ofrece un espacio intermedio que, a la vez, diagonaliza la relación entre la sala y la habitación.

Todas las viviendas son practicables, ya que permiten la inscripción de un círculo de 1,20m de diámetro en cada baño, y 3 viviendas son adaptadas —inscripción de un círculo de 1,50m de diámetro en el baño—. La distribución central favorece la circulación de las personas en silla de ruedas por la planta ya que aumenta la posibilidad de recorridos y las puertas correderas se adaptan mejor a sus necesidades.

Mixed-use

El edificio mixed-use incorpora un casal de barrio y un centro de asistencia primaria en el zócalo del edificio. El uso de una crujía estructural de 7.40m entre ejes de pantallas de hormigón armado compatibiliza los tres usos superpuestos, de manera que la tipología libera de pilares el interior doméstico.

El CAP ubica el acceso en el chaflán concentrando los flujos de circulaciones del edificio en la esquina más urbana del emplazamiento, mientras el acceso al casal se sitúa en un porche orientado al nuevo espacio público. El proyecto va destinado a gente que ha dejado su casa para integrarse en una nueva comunidad. En principio, el sistema de adjudicación de la vivienda pública intenta priorizar a los vecinos de la zona. Como el edificio mixed-use incorpora un casal de barrio permite a los nuevos usuarios mantener los vínculos con el barrio y su círculo social y, a la vez, ampliarlo con la nueva comunidad en un edificio que dispone de múltiples espacios para la socialización. Así, el edificio híbrido garantiza su integración en el entorno urbano y consolida el tejido social.

Espacios comunes y colectivización de servicios

Por un lado, a nivel de la cubierta del zócalo, cada edificio dispone de un espacio de relación conectado directamente con la terraza exterior y equipado con dotación para organizar talleres o actividades impulsadas por los Servicios Sociales que gestionan el edificio. Esta terraza comunitaria, que está situada a la altura de la copa de los árboles y equipada con bancos, cumple una doble función: disfrutar de las vistas del entorno y permitir la integración de los tres edificios en una única comunidad de vecinos. Por otro lado, en la cubierta de cada edificio se sitúa la lavandería comunitaria, un porche cubierto donde están los tendederos y un patio solárium donde se prevé la instalación de huertos urbanos. Si bien cada vivienda permite la instalación individual y el tendido para los usuarios que dispongan de poca movilidad.

De esta forma, las viviendas compensan su reducida superficie con espacios colectivos que incentivan la vida en comunidad más allá del confín de la casa y el espacio privativo. Al tratarse de viviendas para gente mayor, los usuarios pasan mucho tiempo en la vivienda, en el edificio y en su entorno inmediato. Así los espacios colectivos, el casal de barrio y el nuevo espacio público, provisto de vegetación, mobiliario urbano y áreas lúdicas para hacer ejercicio al aire libre, amplían y enriquecen la experiencia de habitar.