En este contexto de crisis económica, climática y social en la que nos encontramos, la necesidad de buscar soluciones sostenibles que propongan alternativas en nuestras formas de habitar son imperantes. La falta de arraigo de la ciudadanía, la pérdida de la vida pública, la existencia de locales en desuso y la precariedad de la vivienda, nos lleva a
plantearnos la posibilidad de expandir nuestras viviendas a los recursos espaciales vacíos en las plantas bajas.
¿Y si en vez de reservar/destinar un espacio en nuestro hogar para aquellas actividades que realizamos de forma temporal o esporádica compartimos “habitación/estancia satélite” con la comunidad para esas actividades? ¿Cómo podríamos compartir espacios para el teletrabajo, el deporte, el ocio, el juego, el almacenaje o aparcamiento, el alojamiento temporal de nuestras visitas, o la celebración cumpleaños y fiestas?
Al expandir nuestras actividades domésticas a lugares comunes ¿podríamos reajustar o redefinir las estancias
y funciones de nuestras viviendas? ¿Y si trasladamos algunas de las ideas que plantea la economía colaborativa al
modelo de vivienda? ¿Qué otras nuevas economías podrían surgir?
La vivienda expandida se plantea como una posible adecuación de las viviendas existentes que presentan
la necesidad de expandirse y de volver a establecer una relación con el espacio público. La propuesta analiza las
posibilidades de externalizar/expandir espacios destinados a usos domésticos y que pueden compartirse con la comunidad. Partiendo de la hipótesis de que fomentar el uso de estos espacios es una cuestión beneficiosa para la vida urbana y de que, a parte de las actividades terciarias, el fomento de todo tipo de usos (comunitarios, domésticos, habitacionales o incluso de espacio público) es también una opción deseable, se propone un modelo de vivienda que cuente con una estancia compartida por la comunidad o el vecindario a cota cero.
Este nuevo modelo de vivienda que ayuda a aprovechar con mayor intensidad los recursos urbanos infrautilizados (especialmente superficies de suelo residencial ya consolidado) necesitaría de una estrategia multirrespuesta para asegurar un mayor grado de viabilidad general, pluralidad social y diversidad funcional en sus materializaciones. Además debería incorporar la participación multiagente (usuarios, constructores, promotores, diseñadores y técnicos de las administraciones) en los procesos de diseño y rehabilitación. Revitalizar la vida a cota cero de la ciudad, sustituir el paisaje de abandono, dejadez y desconfianza que generan los frentes cerrados por bajos que se “vuelquen” de nuevo a la calle es un reto de la ciudad contemporánea. A partir de un cierto porcentaje de locales vacíos en una calle es muy difícil revertir la dinámica de abandono. Una ciudad que apuesta por recuperar el tejido social y comunitario de su entorno tiene que prestar atención a los espacios que quedan a la altura de los ojos. Activar estos espacios no sólo tiene beneficios directos para aquellas personas que los utilizan, también ofrecen mejoras indirectas al resto del barrio.
La vivienda expandida es una iniciativa que intenta recuperar estos locales con intención de repercutir positivamente
en el contexto urbano. A partir de este trabajo, planteamos un nuevo estudio aplicado al caso del barrio de Txabarri de Sestao, atendiendo a su contexto y sus necesidades concretas.
Modalidad Mejor iniciativa de Innovación Social en relación a personas y a la arquitectura. Premio “Toni Sorolla, AVS-SOGEVISO”
Uso
Fecha de inicio de obra 2022-06-01
Fecha del certificado final de obra 2024-06-28
Dirección
Sestao
Vizcaya (España)
- Maria Arana Zubiate
- Luis Carlos Delgado Ortiz