Para dar una respuesta a los problemas de vivienda que se estaban produciendo en la periferia de Madrid como resultado de la llegada de población rural atraída por la actividad industrial de la capital, se promovieron a mediados del siglo pasado diferentes desarrollos emplazados en lugares estratégicos, particularmente emblemáticos del chabolismo que configuraba buena parte del paisaje periurbano madrileño. Así nace la Unidad Vecinal de Absorción (UVA) de Hortaleza en el año 1963; levantada con materiales baratos, de escasa calidad, porque no se buscaba una vida útil de las construcciones más allá de los cinco o diez años.

Superada ampliamente la vida útil de dichas edificaciones destinada a alojamiento temporal, así como su concepción arquitectónica en términos de habitabilidad, salubridad, seguridad, accesibilidad y sostenibilidad de la actuación; se acordó la afección de este barrio a las previsiones sobre operaciones de rehabilitación y renovación de barrios en este ámbito que está identificado como Barrio Vulnerable y Área Estadísticas Vulnerable.

Uno de los objetivos iniciales de la remodelación del barrio es el realojamiento de la población cuyo censo superaba las mil familias. Para ello se ha acometido la reordenación urbanística y la renovación de infraestructuras, así como la construcción de edificios o viviendas en sustitución de edificios o viviendas demolidos.

La sostenibilidad, eficiencia energética y la accesibilidad han sido los principios presentes en la renovación del barrio. Para ello ha primado el respeto al medio ambiente en su realización y la planificación de su uso, servicio y mantenimiento; la implementación de medidas pasivas y activas que condicionan la reducción del consumo y calidad de los materiales; la minimización de perdidas energéticas. Así se ha llegado a la ejecución de edificaciones con los índices más bajos en consumo de energía primaria no renovable. Todo ello en aras de la consecución de una ciudad y comunidad más sostenible.

El Área de Regeneración y Renovación urbana de la Unidad Vecinal de Absorción de Hortaleza, Madrid es ejemplo de una iniciativa pública, que cuenta con la cooperación interadministrativa y financiación estatal y europea, de renovación social y urbana que cuenta con el reconocimiento de las más de 700 familias realojadas hasta la fecha.