El proyecto se ubica en una manzana singular del Eixample, fragmentada antiguamente por el paso de las vías del tren y actualmente abierta a nuevos espacios libres. Dos cuerpos separados definen un gran patio central que funciona como pulmón verde y espacio de comunicaciones. El bloque a calle entre medianeras consolida el frente de manzana y el segundo bloque se concibe como un edificio aislado, separándose incluso de los límites de la parcela para dar respuesta a los vacíos existentes evitando situaciones de fricción con los edificios vecinos.

En planta baja y primera se encuentra el equipamiento (alojamientos temporales para personas en riesgo de exclusión social) con acceso por pasaje abierto de carácter público. El acceso a las viviendas para gente mayor se realiza a través de un vestíbulo independiente y un núcleo de comunicaciones abierto hacia el testero con espacios de relación a doble altura. En planta baja y planta cubierta se sitúan espacios comunes y exteriores (sala polivalente, lavandería, huertos, terrazas, porches) que expanden el modo de habitar y de relacionarse más allá de la vivienda, compensando así su reducida dimensión.

Todas las viviendas para gente mayor son pasantes, con acceso desde pasarela a través de una cancela de entrada, un espacio intermedio de apropiación que regula la privacidad de la vivienda. Desde la cocina central se amplía la sensación espacial mediante visiones oblicuas hacia la sala de estar y al dormitorio con una gran puerta corredera. Las terrazas a su vez prolongan las salas de estar hacia el exterior.