EL ESCENARIO

El solar donde se ubica el proyecto es el restante de dos actuaciones anteriores, en las que se construyeron dos conjuntos edificatorios, que han establecido las pautas compositivas y geométricas del solar.

Desde el principio, las reflexiones en torno a la solución arquitectónica han pretendido establecer un acuerdo entre la TOPOGRAFÍA EXISTENTE y el ENTORNO CONSTRUIDO, es decir, el escenario de nuestra actuación.

Una lectura atenta del SITIO, de su topografía, de su luz, de sus vistas, del entorno construido, del entorno no-construido, del vacío urbano, de ejes y alineaciones, de volumetrías y composiciones,… nos han dado las esquemas iniciales para la definición formal del proyecto, que por su posición siempre pensamos que debería ejercer de ARTICULADOR del lugar.

Se construye así un entramado de relaciones que sintetizan razones y valores proyectuales que nos ayudan a darle una cierta “legalidad formal” al edificio.

Esta concepción abstracta de la forma, expresión final de las múltiples relaciones que interactúan con el objeto arquitectónico, implícitamente ordena y organiza un programa estándar de vivienda protegida, bastante estricto en su definición formal y programática.

En respuesta al ENTORNO y continuando el ritmo impuesto por los bloques vecinos, cada uno de ellos alineados a la vía principal a la que dan frente, el nuevo edificio se retira del perímetro curvo del solar, y se concentra en su centro adoptando en planta una disposición en forma de “ L”.

El conjunto formado por los dos brazos de esta L, al posicionarse en el sitio, “se articula” y toma diferentes alturas (cinco plantas para la barra que se relaciona con el edifico más alto y tres para la que se coloca cerca del más bajo), disponiendo al edificio como fondo del espacio público en planta baja y ofreciendo una continuidad visual en el entorno inmediato.

El desnivel que presenta la TOPOGRAFÍA del solar, se convierte también en mecanismo de articulación, esta vez entre el edificio y el propio lugar donde se ha “posar”.

En este caso, la lógica del funcionamiento del edificio, da sentido a esa operación, colocando los locales comerciales en la planta baja a modo de basamento sobre el que se apoya el edificio y remarcando el carácter público del espacio generado ante él.

Dos escaleras situadas a ambos extremos del edifico, producen unos recorridos, que además de salvar el desnivel existente, conectan con los itinerarios establecidos en las intervenciones anteriores.

EL EDIFICIO

El paso de la forma abstracta, fruto de la reflexión proyectual, a la forma construida resultado de la presencia plástica de los materiales, es la que finalmente habría de dar la cualidad visual al edifico.

Podemos decir que esa forma abstracta inicial, se concreta y singulariza cuando la sometemos a los requerimientos funcionales, programáticos, de orientación, de vistas,… y de su propia materialización.

Así se piensa en una envolvente continua que garantice una visión clara y unitaria del edificio,

pero que se especializa, volviéndose opaca o semitransparente, al atender las diversas situaciones programáticas del edificio .

Finalmente, la envolvente se recorta y desaparece, para abrirse a las mejores vistas y orientaciones, dejando visible en su interior ese espacio envuelto también materializado donde se dibujan unas oberturas seriadas y moduladas perteneciente a cada una de las viviendas.

La actuación final resalta en un contexto en el que predominan las construcciones unifamiliares de poca altura, enfatizando la singularidad del solar dentro de la trama urbana que lo circunda y atenuando las diferencias volumétricas entre los dos edificios entre los que se sitúa.

LA VIVIENDA

Las fachadas quedan definidas por un revestimiento continuo de chapa ondulada, que se ajusta al volumen del edificio envolviéndolo.

En su interior, una segunda fachada resuelta con estuco blanco contiene los huecos seriados y repetidos quedando realzados por unas terrazas corridas a modo de diafragmas interiores.

El sistema de organización adoptado, resuelve de manera homogénea el programa de vivienda protegida con tres dormitorios, permitiendo la composición de las diferentes viviendas a partir de la repetición de piezas de dimensiones fijas (salón-comedor, dormitorio y baño). Todas las viviendas disponen de un local destinado al lavado y tendido de ropa. Esta pieza estará abierta al ambiente exterior, pero su visión quedará tamizada por el mismo cerramiento continuo de chapa ondulada, que en estos casos se microperfora para permitir su ventilación.

El proyecto optimiza el uso de la energía y de los materiales a lo largo de las diferentes fases en la vida del edificio (construcción, utilización, mantenimiento y adaptación a nuevos requerimientos), integra medios activos y pasivos de consumo energético racionalizado y a la vez sistemas de gestión que mejoran el uso y el confort, especialmente en los aspectos climáticos, lumínicos y acústicos.

Debido a la orientación norte-sur que presenta el solar, se opta por una solución en la que se intenta que todas las viviendas estén abiertas a las mismas condiciones de climatización, de manera que se consiga que todas las estancias tengan máxima ventilación y el mejor asoleo.